lunes, 23 de agosto de 2010

Académicos y protestantes de la Ilustración Escocesa


VI. Adam Smith
Adam Smith (1723-1790) es la figura señera de la Ilustración escocesa.  Dos obras son de gran impacto “Teoría del sentimiento moral” y “La búsqueda de las causas de la riqueza de las naciones”. ¿Es posible ver alguna relación entre las ideas de estas obras y la Reforma Protestante? Vínculos hay muchos.  Afirmaciones explicitas hay menos, pero será de estas últimas de las que nos ocuparemos dado el brevísimo espacio con el que contamos.
Para empezar, académicamente se habla de un Adam Smith deísta, o sea una forma suavizada de teísmo según la cual Dios creó al mundo, puso en marcha el Tic-Tac de la vida y se alejó a cosas mejores. Para otros Smith es realmente un académico indiferente a los asuntos religiosos. Finalmente están quienes afirman que Smith es un hombre que tiene una fe personal la cual expresa en el marco de las grandes influencias sobre su vida: la religión natural, la escuela estoica, el racionalismo, y el judeocristianismo. 
Dice Murray Rothbar: “En 1740, Smith hubo la licenciatura en humanidades con distinción especial en la Universidad de Glasgow. Su madre había bautizado a Adam en la fe episcopal y deseaba que su hijo se convirtiera en ministro episcopal... A pesar de su bautismo y de la presión de su madre, Smith siguió siendo un ardiente presbiteriano… tras volver a Edimburgo en 1746…
Según esta última postura, su visión económica está más cerca de Calvino que de Lutero. Si Lutero se opone a la usura, Calvino promueve el interés, según Eugen Bohem Bawerk (1851-1914), Calvino es el primer pensador moderno en enseñar la idea correcta acerca de la teoría del interés (E. Bohem Bawerk, El capital y el interés). Pero además, la visión de Adam Smith sobre la acción humana esta, de nuevo, calcada por las ideas de libertad y responsabilidad. Por ejemplo el critica las restricciones al comercio, y otras regulaciones como el control de los salarios en tanto acaban por reducirlos (TWN, 140-168) y también por las desigualdades que producen. Afirma Rothbar que “Las clases de Smith en Edimburgo y Glasgow eran muy populares y el acento lo colocaba en el ‘sistema de libertad natural’, en el sistema de ley natural y laissez faire que entonces defendía con muchas menos reservas que más tarde en su más cauteloso La riqueza de las naciones.
Cuando habla de la caridad a los pobres lo hace en un marco decididamente bíblico, cosa clara pare él pero oscura para muchos hoy. Solo se puede practicar la solidaridad con la gente concreta que conozco, no por entidades abstractas (“clases”) que no conozco. Esta es una idea que las personificaciones de “clase” en el siglo XIX perderían de vista, pero que el “realismo reformado”, como se le conoce, tendría muy claro. En efecto esa idea aparece lucidamente en TWN, “cada parroquia debe estar comprometida a proveer para sus propios pobres” (TWN, 160 y ss).
En torno a los salarios de los ministros habla del prestigio y beneficios de la tarea como es ejemplar de la Iglesia de Escocia y Ginebra (dos Estados Reformados), “y de varias otras iglesias protestantes, para satisfacernos, de que en tan acreditada profesión, en la cual la educación es fácilmente accesible, la esperanza de beneficios moderados atraerá a un número suficiente de hombres decentes y respetables a las santas ordenes.” (TWN, 155).  Discute el caso del continente en donde la abundancia de los ministros reduce sus salarios (TWN, 156).
Tras haber mencionado estas ideas, es necesario agregar otros datos biográficos sobre este punto. Primero, sus clases de “moral” con el Profesos F. Hutcheson (teólogo), están marcadas por la visión del realismo calvinista, como veremos adelante (TMS). Segundo, como parte de sus viajes por el continente se tomó el tiempo para visitar ¡Ginebra!, la meca protestante.  Finalmente, Smith, fue Rector honorario de la Universidad de Glasgow (1778), una universidad confesional, Reformada, cargo al cual difícilmente hubiera accedido, sin ser protestante. Según Rothbar “En 1750, Adam Smith obtuvo la cátedra de lógica en su alma mater, la Universidad de Glasgow y no tuvo ningún problema con el requisito de aceptar la Confesión de Fe de Westminster ante el Presbiterio de Glasgow.” (Continuará)

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